Reconociendo el esfuerzo de la industria de las carnes de cerdo y aves en esta materia, el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, participó de una entrega de biofertilizante en la comuna de Las Cabras, instancia que formó parte del Programa de Economía Circular, PADEC, desarrollado por Agrosuper en alianza con Prodesal de Indap, y el cual ha beneficiado a más de 1.500 agricultores a la fecha. En general, la industria de las carnes blancas beneficia a más de 10.000 agricultores gracias a este tipo de prácticas y de ellos aproximadamente 1.800 corresponden a pequeños campesinos.
Los elevados precios de los fertilizantes a raíz del conflicto entre Ucrania y Rusia, así como su disminución, han hecho que agricultores de todo el mundo reduzcan su uso y/o la cantidad de tierra que cultivan. En una crisis que amenaza con la escasez de alimentos, guanos, bioestabilizados, purines y digestatos se posicionan como una eficaz alternativa que permite mantener la producción, asegurando mejores precios y una alta calidad.
Además, al realizar una buena gestión del abono orgánico, se disminuye considerablemente el uso de abono químico, colaborando en el desarrollo de la economía circular.
En Chile, las empresas productoras de cerdos y aves trabajan desde hace ya varios años en esta línea de economía circular, destacando el fertirriego, que consiste en el uso, de acuerdo a planes de aplicación, de purines y digestatos de cerdos con agua de riego y utilizar dicha mezcla como fertilizante. Los materiales más secos como los bioestabilizados y guanos, se utilizan como abono a las tierras y cultivos. Las ventajas en todos los casos son la incorporación al suelo de macro y micronutrientes como nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio, calcio y materia orgánica clave para mejorar las propiedades y estructura de los suelos.
Reconociendo este trabajo, el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, participó de una entrega de biofertilizante, instancia que forma parte del Programa de Economía Circular, PADEC, desarrollado por Agrosuper en alianza con Prodesal de Indap. Junto a autoridades de Asprocer, Agrosuper y de la Municipalidad de Las Cabras, el ministro Valenzuela visitó a una agricultora, destacando que “estamos siendo parte de una alianza entre Agrosuper e Indap que genera aporte en bioabono desde la industria de las carnes blancas a más de 3.600 familias (…) Vamos, sembremos; Chile requiere más que nunca a su familia agrícola en su diversidad con esta economía circular colaborativa, sembrar para la seguridad alimentaria”.
Por su parte, Juan Carlos Domínguez, Presidente de la Asociación de Productores de Cerdos, resaltó que “estamos celebrando el esfuerzo que ha hecho Agrosuper desde hace ya más de 5 años en aportar a las comunidades vecinas con algo tan fundamental como es el abono, sobre todo en una situación de guerra y de pandemia en que los precios de los fertilizantes se han ido a las nubes. Los agricultores están muy complicados con poder volver a sembrar y producir por esta situación de precios”.
En tanto, Rafael Prieto, gerente de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad de Agrosuper, indicó que “este programa nos tiene infinitamente contentos. Es una manera de contribuir a las comunidades vecinas que están en torno a nuestras instalaciones. La verdad es que este es un proyecto maravilloso que partió en 2015 con 11 personas en la comuna de La Estrella y esperamos este año llegar a más de tres mil”.
El sector de producción de aves y cerdos de chile genera anualmente 1.300.000 m3 guanos y bioestabilizados, así como cerca de 12.000.000 m3 purines que se ocupan en la agricultura principalmente como fertilizantes y enmiendas orgánicas de suelos. En total existen cerca de 91.800 hectáreas y más de 10.000 agricultores beneficiados con este tipo de prácticas, de ellos aproximadamente 1.800 corresponden a pequeños agricultores beneficiados con el SIRSD-SAG.
Específicamente, el Programa de Economía Circular, PADEC, desarrollado por Agrosuper en alianza con Prodesal de Indap, contempla la entrega de bioabono a agricultores y emprendedores agrícolas de Las Cabras, La Estrella y San Pedro (Región Metropolitana), para que puedan mejorar la fertilidad de los suelos degradados y las condiciones productivas de sus predios. Esta iniciativa se desarrolla desde el 2015 con más de 1.500 agricultores beneficiados a la fecha.
Actualmente, el 100% de los purines generados por la industria porcina en Chile son utilizados en fertirriego y distribuidos en campos propios y a los agricultores de comunidades vecinas y de campos adyacentes a las explotaciones ganaderas.
Contexto internacional que influye en los fertilizantes
Los subproductos de origen animal son materiales carbonados, que cuando se utilizan como abono su función principal es la de aportar nutrientes al suelo, principalmente nitrógeno, fósforo y potasio, pudiendo reemplazar fertilizantes químicos con óptimos resultados.
En 2021, según datos del banco Rabobank, Rusia y Bielorrusia representaron más del 40% de las exportaciones mundiales de potasa. Además, Rusia representó cerca del 22% de las exportaciones mundiales de amoníaco, el 14% de las de urea y cerca del 14% de las de fosfato monoamónico, todos ellos abonos importantes.
Por otro lado, Rusia y Ucrania son grandes productores de cereales. Juntos representan alrededor del 30% de las exportaciones mundiales de trigo y el 20% de las de maíz, comercializando principalmente a través del Mar Negro, lo que hoy se encuentra interrumpido. La paralización de las entregas por parte de estos dos países ha contribuido a estimular la galopante inflación alimentaria mundial.
Los datos anteriores dan luces de la magnitud del impacto que el conflicto entre ambos países ha generado en el mundo y cómo este ha afectado en los costos de producción de diversos alimentos, motivo por el cual países de distintos continentes ya han optado por el uso de fertilizantes orgánicos como los señalados, como una alternativa al uso de fertilizantes tradicionales.
En Francia, el ministro de Agricultura, Julien Denormandie, anunció a fines de marzo un plan de medidas para ayudar al sector agrario como consecuencia de la guerra en Ucrania. Una de estas, es la de dar soberanía del nitrógeno a los productores locales con el fin de que no tengan que depender de la urea de Rusia. La iniciativa francesa busca favorecer la producción de abonos verdes y el desarrollo de cadenas de valor de fertilizantes orgánicos. En esta línea, la Interporfesional Nacional del Porcino de Francia (Inaporc), ya solicitó la recuperación de purines y estiércoles brutos, ricos en nitrógeno, para el abono de cultivos agrícolas.
En España en tanto, los agricultores solicitaron al Gobierno un «impulso ordenado» al empleo de los subproductos de origen animal en las tierras de cultivo para que actúe como abono orgánico ante la subida exponencial del precio de los fertilizantes químicos. Desde la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) valoran la economía circular y sustentabilidad de este abono, destacando que «es un ahorro importante y una forma de reutilizar un subproducto».
El llamado de los expertos ante la guerra, y la importancia de Rusia y Ucrania como proveedores de insumos para los sectores de la producción animal y de alimentos en general, es a planificar y ver alternativas a los insumos tradicionalmente provistos por ellos, considerando la gran cantidad de factores que influyen en la situación actual, como son la producción, transporte y vetos comerciales.
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