Fuente: FAO
El índice de precios de los alimentos de la FAO se situó en noviembre de 2016 en un promedio de 171,3 puntos, es decir, solo un 0,4 % por debajo del nivel registrado en octubre, pero todavía un 10,4 % por encima de su nivel en noviembre de 2015. Este leve descenso intermensual constituyó una desviación con respecto a una casi ininterrumpida tendencia ascendente del índice desde el comienzo del año. La disminución de noviembre obedeció a una brusca caída de los precios del azúcar, que compensó con creces un fuerte repunte de los precios de los aceites vegetales.
En tanto, el índice de precios de la carne de la FAO se situó en noviembre en un promedio de 161,5 puntos, prácticamente sin cambios respecto de su valor revisado de octubre. La caída de los precios de la carne de ovino, porcino y de pollo se vio contrarrestada por un aumento de las cotizaciones de la carne de bovino. La disponibilidad adecuada de carne de porcino en la Unión Europea, antes del comienzo de la temporada de máxima producción de carne de ovino en Oceanía, y la constante caída de los precios de la carne de pollo contribuyeron a un ligero descenso de las cotizaciones de estos productos. Por el contrario, los limitados suministros nacionales de carne de bovino en Australia provocaron el aumento de los precios de las exportaciones de dicho país.
El índice de precios de los cereales de la FAO registró un promedio de 141,4 puntos en noviembre, esto es, un 0,6 % menos que en octubre y hasta 12 puntos (o un 7,9 %) por debajo de su nivel hace un año. El fortalecimiento del dólar de los EE.UU. y la abundancia de suministros han contribuido al carácter generalmente débil que persiste en los mercados de cereales. Las buenas expectativas con respecto a la cosecha en Argentina y Australia deprimieron las cotizaciones del trigo. Los precios internacionales del arroz se mantuvieron cercanos al nivel registrado en octubre, el más bajo desde hace años, debido a la constante presión que originan la llegada de nuevos cultivos y el escaso dinamismo de la demanda.
El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO aumentó hasta 175,6 puntos en noviembre, esto es, 7,6 puntos (o un 4,5 %) con respecto a octubre, y registró su máximo nivel desde agosto de 2014. Este fuerte repunte obedeció principalmente al aceite de palma, cuyos precios se incrementaron debido a una producción inferior a la prevista en Asia sudoriental y a las perspectivas de que el suministro mundial seguirá siendo escaso. Asimismo, se revalorizaron las cotizaciones del aceite de soja, como resultado de una fuerte demanda mundial de importaciones unida a una molienda inferior a lo posible en América del Sur. Las expectativas acerca del aumento de la demanda de aceites vegetales originada por el sector del biodiésel también favorecieron la subida de precios.
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