Las cadenas del cultivo de los tres países forman Maizall, entidad que busca eliminar trabas para los eventos biotecnológicos.
El Congreso de Maizar que se realizó esta semana en Buenos Aires dejó mensajes claros: cambió el panorama, vale la pena apostar por el maíz y es hora de levantar la cabeza del lote para mirar el horizonte. Y fue justamente con esa premisa que Alberto Morelli, expresidente de Maizar, asumió durante el evento la conducción de Maizall, la entidad que reúne a las cadenas del cultivo de Argentina, Brasil y Estados Unidos.
“Esta alianza poderosa ya lleva cuatro años funcionando, somos tres países que representan casi el 48 por ciento de la producción mundial y más del 75 por ciento del comercio mundial. Somos productores que vamos hacia adelante para vencer las barreras al comercio que tenemos en común. Vamos a seguir siendo competencia en los mercados, pero estamos trabajando juntos en las cosas que no nos permiten entrar a los mercados”, dijo Morelli.
El brasilero Sérgio Bertolozzo, presidente de Abramilho, fue quien le pasó el mando de la entidad a Morelli. “Sin perder nuestras identidades de países productores que disputan un mercado internacional, creemos que se puede trabajar por objetivos comunes”, afirmó. Y Morelli añadió: “Somos férreos defensores de las nuevas tecnologías de producción. Trabajamos duro por la biotecnología, por la seguridad alimentaria global. Es un desafío muy importante promover la aprobación de eventos biotecnológicos, los OGM son la solución a los problemas de hambre en el mundo”.
En la misma línea que Morelli y Bertolozzo, el norteamericano Julius Schaaf, de la National Corn Growers Association, dijo que en el largo plazo va a ser un desafío abastecer al enorme mercado de maíz, y que en ese contexto habrá lugar para todos. “El maíz es todo: se puede hacer energía, alimentar personas y animales, seguirá teniendo un rol fundamental en el futuro y habrá enormes oportunidades para todos nosotros”, aseguró. Y su compatriota Pam Johnson explicó: “Lo que Maizall hizo por nosotros los productores fue mostrarnos que hay que levantar la cabeza de los propios problemas y pensar en el mundo con una mayor perspectiva. Llevo la voz de los granjeros a la discusión sobre cómo vamos a hacer para alimentar a una población que crece a toda velocidad”.
Respecto de los desafíos actuales, esta suerte de fraternidad americana del choclo se mostró en sintonía y ofreció su visión sobre el rol que hoy cumple cada región del mundo.
Según explicó Morelli, “la Unión Europea tiene la responsabilidad de generar opinión a nivel global”. Es por eso que, a pesar de no ser el principal comprador de los granos americanos, las restricciones que la UE impone a los eventos biotecnológicos preocupan a los miembros de Maizall. Igual, Morelli afirmó: “Creemos que la ciencia va a triunfar. Seguridad alimentaria es asegurar la paz”.
Bertolozzo coincidió en el papel de formador de opinión de Europa y comentó que Africa constituye un mercado interesante en el mediano plazo. Pero, sin dudas, el motor de la demanda de maíz está en los paises asiáticos, y allí puso el foco el nortemericano Zach Kinne. “En Asia enfrentamos barreras sanitarias que no son del todo transparentes y creo que ahí tenemos grandes desafíos. La búsqueda de acuerdos para unificar los estandares a largo plazo es clave”.
Para los maiceros, ahora, hay viento a favor y agenda llena.
Fuente: Cotrisa – Clarín
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