Se trata de una carne blanca, magra y con un contenido en grasas muy inferior al de otras carnes como la ternera o el cordero. La carne de cerdo sólo contiene 2,65 g de grasa total por cada 100 g, con 1,1 g de ácidos grasos monoinsaturados y 0,65 g de ácidos grasos poliinsaturados, es decir, de grasas buenas.
Fuente: Portal Vitónica
La carne de cerdo es una de las más consumidas en el mundo pero tradicionalmente ha tenido mala fama debido a falsas creencias populares. Actualmente sabemos que también puede ser una carne saludable para la alimentación de toda la familia, con partes con poca grasa, un gran contenido en proteínas y minerales, y es una de las más digestivas y versátiles en la cocina.
Durante mucho tiempo se ha creído que la del cerdo es una carne poco saludable, un mito basado en el error de creer que tiene mucha grasa. Lo cierto es que gran parte de esas grasas son ácidos grasos saludables, ofreciendo cortes muy magros semejantes a los del pollo o pavo, con grasa visible que se puede retirar fácilmente.
El cerdo es una carne blanca que se asemeja a las propiedades de la carne de pollo. Está compuesta por fibras blancas, lo que la hace más tierna al masticar y más digestiva, y su bajo contenido en grasas la diferencia de las carnes rojas como las de vacuno y ovino. Además, cerca del 70% de la grasa del cerdo es subcutánea, por lo que se puede extraer con facilidad y así disfrutar de cortes de carne prácticamente libres de grasas, como el lomo. En relación a esto, investigadores de la Universidad de Buenos Aires llegaron a la conclusión tras varios estudios de que la carne de cerdo es una alternativa saludable en la dieta, eligiendo siempre las partes más magras.
Todas estas cualidades hacen que el cerdo sea un alimento muy recomendable para cualquier tipo de dieta equilibrada, tal y como defendió el Dr. Antonio Villarino Marín, presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), en las XIX Jornadas Internacionales de Nutrición Práctica. Por su bajo contenido en colesterol, teniendo el lomo apenas 58 mg frente a los 71,9 mg del pollo o los 76 mg de la paleta cordero, es una carne adecuada para prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y mantener bajos los niveles de triglicéridos.
Además de ser una carne naturalmente magra, la carne de cerdo es muy rica en nutrientes, vitaminas y minerales. Es una fuente excelente de proteínas de alta calidad, con un 40% de aminoácidos esenciales fundamentales para formar, mantener y reparar los tejidos de nuestro organismo, músculos y huesos, algo fundamental si se practica deporte con regularidad.
Destaca también por su contenido en minerales, especialmente en hierro, zinc, fósforo, sodio y potasio, muy recomendable para evitar anemias y en la formación y mantenimiento de huesos y dientes. En cuanto a las vitaminas, en el cerdo sobresalen las hidrosolubles, vitaminas del grupo B. Concretamente hay que señalar el alto contenido de B1, ya que es la carne con más cantidad de esta vitamina, y también de B12, B6, niacina y riboflavina. Todas ellas son fundamentales para un buen funcionamiento del sistema nervioso e inmunitario.
La gran riqueza nutricional de la carne de cerdo la convierte en un producto muy adecuado para el consumo de toda la familia. Por su contenido energético equilibrado y su aporte de proteínas, vitaminas y minerales esenciales destaca como una carne ideal para introducir en la alimentación semanal a cualquier edad. Como se señala en el libro ‘Carne de cerdo en la nutrición y la salud’, es recomendable el consumo de carne de cerdo unas 3-4 veces por semana.
Al ser una carne magra, y estando casi toda la grasa bien localizada, cada consumidor puede elegir los cortes de carne de cerdo que más se adapten a sus necesidades. Destacan especialmente el lomo y el solomillo, piezas muy tiernas y versátiles de las que se puede separar prácticamente toda la grasa visible con facilidad. Por ello son perfectas para la dieta del deportista, que busca sobre todo proteínas de alto valor nutricional con el mínimo de grasas saturadas.
Por su contenido en grasas saludables, proteínas de alta calidad, vitaminas y minerales, es una carne muy adecuada para los niños y adolescentes, que necesitan un buen aporte energético para el correcto desarrollo de su organismo y crecer de forma sana. A los niños les gusta especialmente por su sabor suave y su textura tierna, fácil de masticar, por lo que también es adecuada para la gente mayor que no debe descuidar la ingesta de proteínas.
En la edad adulta la carne de cerdo se adapta a todas las necesidades, ofreciendo una gran variedad culinaria sin necesidad de complicarse mucho a la hora de cocinarla. Los cortes más magros son ideales para los deportistas, que tienen grandes necesidades proteicas, y también para embarazadas. Las vitaminas B12, B1 y minerales como el zinc son esenciales para el correcto desarrollo del feto, la B12 ayuda en la replicación celular y el hierro evita posibles casos de anemia.
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