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24 de abril, 2020

Los Coronavirus Porcinos y su relación con el SARS – CoV – 2

Los Coronavirus (CoV) se encuentran en una amplia variedad de animales, en los que pueden causar enfermedades respiratorias, entéricas, hepáticas y neurológicas de gravedad variable.

CLASIFICACIÓN TAXONÓMICA

Los coronavirus son miembros de la subfamilia Coronavirinae de la familia Coronaviridae y del orden Nidovirales (Comité Internacional de Taxonomía de Virus). Esta subfamilia consta de cuatro géneros: AlfacoronavirusBetacoronavirusGammacoronavirus y Deltacoronavirus, esta clasificación está dada en función de sus relaciones filogenéticas y estructuras genómicas [King A et., al 2011]. Los Alfacoronavirus y Betacoronavirus infectan solo a los mamíferos,  los Gammacoronavirus y los Deltacoronavirus infectan a las aves, pero algunos de ellos también pueden infectar a los mamíferos. Los Alfacoronavirus y los Betacoronavirus generalmente causan enfermedades respiratorias en humanos y gastroenteritis en animales [Cui. et., al. 2019; Woo PC et., al. 2012]. Como resultado del mecanismo único de replicación viral, los Corononavirus tienen una alta frecuencia de recombinación genética [Lai. et., al. 1997]. Esta tendencia a la recombinación y las tasas de mutación altas inherentes a los virus ARN, pueden permitirles adaptarse a nuevos hospedadores y nichos ecológicos [Woo et., al 2006].

Los Alfacoronavirus,  Betacoronavirus y Deltacoronavirus pueden representar un gran problema en la industria porcina,  estos virus incluyen el Virus de la Gastroenteritis Transmisible Porcina (TEGV), el Virus de la Diarrea Epidémica Porcina (PEDV), Deltacocoronavirus Porcino (SDCoV), el Virus de la Encefalomielitis Hemoaglutinante Porcina (PHEV), el Coronavirus Respiratorios Porcino (PRCo) y el Coronavirus del Síndrome de Diarrea Aguda Porcina recientemente surgido (SADS-CoV)

HALLAZGOS DE IMPORTANCIA Y PRESENTACIÓN DE LOS CORONAVIRUS

La transmisión cruzada entre especies de virus procedentes de animales silvestres reservorios plantea una amenaza importante para la salud humana y animal. Los murciélagos han sido reconocidos como uno de los reservorios más importantes para virus emergentes. La transmisión a humanos de un coronavirus que se originó en murciélagos a través de huéspedes intermediarios fue responsable de la zoonosis emergente de alto impacto conocida como SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo). El coronavirus del síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS-CoV) y el coronavirus del Síndrome Respiratorio del Medio Oriente (MERS-CoV) son dos virus altamente transmisibles y patógenos que surgieron en humanos a principios del siglo XXI. Es probable que ambos virus se hayan originado en murciélagos, y se descubrieron coronavirus genéticamente diversos relacionados con SARS-CoV y MERS-CoV en murciélagos de todo el mundo [Cui. et., al. 2019; Woo].

Los coronavirus de los cerdos y los humanos son muy diferentes; el Virus de la Diarrea Epidémica Porcina (PEDv), un Alfacoronavirus, es un claro ejemplo de cómo un virus diferente, como el SARS-CoV-2 un Betacoronavirus (COVID-19), puede propagarse a nivel mundial.

Durante el año 2013, el PEDV un Alfacoronavirus ingresó a la población porcina de los Estados Unidos con grandes pérdidas en la industria porcicola. Habitualmente este virus había permanecido en el continente Europeo y posteriormente se desplazó al continente Asiático. En nueve meses, se había extendido a la mayoría de las granjas porcinas en los Estados Unidos. Una cepa muy similar de PEDv se extendió a nivel mundial, con bastante rapidez, afectando a muchos de los países productores de cerdos en un año. Entre el año 2013 y 2014 aparecieron los primeros casos clínicos en Canadá y otros países de Latinoamérica incluyendo México. En México, los primeros casos sospechosos se registraron en junio y julio de 2013, en la zona de la Piedad Michoacán. Se registraron pérdidas millonarias, principalmente asociadas a la alta mortalidad en cerdos lactantes, la cual llegó a ser de hasta el 100%.

Para el 2020 podemos establecer algunos paralelismos con el nuevo coronavirus humano, en solo tres meses el SARS-CoV-2, un Betacoronavirus, con orígenes de animales salvajes, se ha extendido a más de 150 países. La transmisión del SARS-CoV-2 tiene algunas similitudes con los coronavirus porcinos que conocemos, también con el virus de influenza. El SARS-CoV-2 se propaga rápidamente entre las personas, principalmente a través de la vía respiratoria, similar a la propagación de la influenza y la transmisión es rápida en poblaciones susceptibles, del mismo modo que la influenza pandémica A/H1N1 se propagó rápidamente durante el verano de 2009 dada la falta de inmunidad presente en la población. En el caso de los coronavirus porcinos como PEDV, GET y SDCV, se consideran estacionales con mayor incidencia en otoño e invierno, aunque también pueden permanecer endémicos en poblaciones inmunes durante todo el año, mientras que la influenza en cerdos también es estacional con picos de infección en las estaciones más frías. Por lo anterior, estos virus no desaparecen fácilmente y pueden volver en determinada época del año [Montserrat Torremorell y Marie R Culhane]

Por otra parte, se ha identificado la existencia con evidencia virológica, epidemiológica, evolutiva y experimental que el Coronavirus del Síndrome de Diarrea Aguda (SADS-CoV), un nuevo coronavirus HKU2 relacionado con murciélagos, es el agente etiológico responsable de un brote a gran escala de enfermedad mortal en cerdos en China que causó la muerte de 24,693 lechones durante el 2016. El brote se inició en la provincia de Guangdong, en las proximidades del origen de la pandemia de SARS. Además, se identificaron Coronavirus relacionados con SADS-CoV con un 96-98% de identidad genómica en 9,8% (58 de 591) de los hisopos anales recogidos de murciélagos en la provincia de Guangdong durante los años 2013 a 2016, de forma predominante en los murciélagos Rhinolophus spp conocidos reservorios de coronavirus relacionados con el SARS. Se observó que había similitudes sorprendentes entre los brotes de SADS y SARS en entornos geográficos, temporales, ecológicos y etiológicos [Zhou. et., al. 2018]

De manera habitual, los animales domésticos pueden tener papeles importantes como hospedadores intermedios que permiten la transmisión de virus de hospedadores naturales a humanos. Además, los propios animales domésticos pueden sufrir enfermedades causadas por coronavirus transmitidos por murciélagos o estrechamente relacionados: se detectaron secuencias genómicas muy similares a PEDV en murciélagos mientras que SADS-CoV es una propagación reciente de murciélagos a cerdos pero no hay evidencia de infección en humanos.

 

 

 

 

HALLAZGOS DE IMPORTANCIA Y PRESENTACIÓN DE LOS CORONAVIRUS

La transmisión cruzada entre especies de virus procedentes de animales silvestres reservorios plantea una amenaza importante para la salud humana y animal. Los murciélagos han sido reconocidos como uno de los reservorios más importantes para virus emergentes. La transmisión a humanos de un coronavirus que se originó en murciélagos a través de huéspedes intermediarios fue responsable de la zoonosis emergente de alto impacto conocida como SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo). El coronavirus del síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS-CoV) y el coronavirus del Síndrome Respiratorio del Medio Oriente (MERS-CoV) son dos virus altamente transmisibles y patógenos que surgieron en humanos a principios del siglo XXI. Es probable que ambos virus se hayan originado en murciélagos, y se descubrieron coronavirus genéticamente diversos relacionados con SARS-CoV y MERS-CoV en murciélagos de todo el mundo [Cui. et., al. 2019; Woo].

Los coronavirus de los cerdos y los humanos son muy diferentes; el Virus de la Diarrea Epidémica Porcina (PEDv), un Alfacoronavirus, es un claro ejemplo de cómo un virus diferente, como el SARS-CoV-2 un Betacoronavirus (COVID-19), puede propagarse a nivel mundial.

Durante el año 2013, el PEDV un Alfacoronavirus ingresó a la población porcina de los Estados Unidos con grandes pérdidas en la industria porcicola. Habitualmente este virus había permanecido en el continente Europeo y posteriormente se desplazó al continente Asiático. En nueve meses, se había extendido a la mayoría de las granjas porcinas en los Estados Unidos. Una cepa muy similar de PEDv se extendió a nivel mundial, con bastante rapidez, afectando a muchos de los países productores de cerdos en un año. Entre el año 2013 y 2014 aparecieron los primeros casos clínicos en Canadá y otros países de Latinoamérica incluyendo México. En México, los primeros casos sospechosos se registraron en junio y julio de 2013, en la zona de la Piedad Michoacán. Se registraron pérdidas millonarias, principalmente asociadas a la alta mortalidad en cerdos lactantes, la cual llegó a ser de hasta el 100%.

Para el 2020 podemos establecer algunos paralelismos con el nuevo coronavirus humano, en solo tres meses el SARS-CoV-2, un Betacoronavirus, con orígenes de animales salvajes, se ha extendido a más de 150 países. La transmisión del SARS-CoV-2 tiene algunas similitudes con los coronavirus porcinos que conocemos, también con el virus de influenza. El SARS-CoV-2 se propaga rápidamente entre las personas, principalmente a través de la vía respiratoria, similar a la propagación de la influenza y la transmisión es rápida en poblaciones susceptibles, del mismo modo que la influenza pandémica A/H1N1 se propagó rápidamente durante el verano de 2009 dada la falta de inmunidad presente en la población. En el caso de los coronavirus porcinos como PEDV, GET y SDCV, se consideran estacionales con mayor incidencia en otoño e invierno, aunque también pueden permanecer endémicos en poblaciones inmunes durante todo el año, mientras que la influenza en cerdos también es estacional con picos de infección en las estaciones más frías. Por lo anterior, estos virus no desaparecen fácilmente y pueden volver en determinada época del año [Montserrat Torremorell y Marie R Culhane]

Por otra parte, se ha identificado la existencia con evidencia virológica, epidemiológica, evolutiva y experimental que el Coronavirus del Síndrome de Diarrea Aguda (SADS-CoV), un nuevo coronavirus HKU2 relacionado con murciélagos, es el agente etiológico responsable de un brote a gran escala de enfermedad mortal en cerdos en China que causó la muerte de 24,693 lechones durante el 2016. El brote se inició en la provincia de Guangdong, en las proximidades del origen de la pandemia de SARS. Además, se identificaron Coronavirus relacionados con SADS-CoV con un 96-98% de identidad genómica en 9,8% (58 de 591) de los hisopos anales recogidos de murciélagos en la provincia de Guangdong durante los años 2013 a 2016, de forma predominante en los murciélagos Rhinolophus spp conocidos reservorios de coronavirus relacionados con el SARS. Se observó que había similitudes sorprendentes entre los brotes de SADS y SARS en entornos geográficos, temporales, ecológicos y etiológicos [Zhou. et., al. 2018]

De manera habitual, los animales domésticos pueden tener papeles importantes como hospedadores intermedios que permiten la transmisión de virus de hospedadores naturales a humanos. Además, los propios animales domésticos pueden sufrir enfermedades causadas por coronavirus transmitidos por murciélagos o estrechamente relacionados: se detectaron secuencias genómicas muy similares a PEDV en murciélagos mientras que SADS-CoV es una propagación reciente de murciélagos a cerdos pero no hay evidencia de infección en humanos.

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